Cuando dejamos de estar nos fuimos acercando a la mar, comenzamos a sentir que además del origen, ella es nuestro destino: receptáculo de almas, reino del inframundo.
Y nos preguntamos: ¿en donde esta Dios?, ¿será que como habita en todas partes sea el agua misma?... ¡Si estamos hechos a imagen y semejanza!.
El mar es un espejo, si no le sonries parece enjado, agrio, desatento, asi pasa con el agua, te regresa las cosas magnificadas, algien por ahí lo inseminó y de esa semilla no dejan de emerger prodigios
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